Escucho a compañeros y leo multitud de artículos de periodistas que inciden en la idea de que el futuro de la construcción es la rehabilitación. Sin embargo, y desde mi punto de vista, me da la sensación de que esta afirmación viene de los mismo que hablaban hace años de que nunca bajaría el precio de la vivienda y que además, el futuro del sector está, más bien, en la obra nueva pero ofreciendo un producto distinto al actual. La clave estará en innovar, no vender lo mismo que hasta ahora.
Quizás le tengo manía a los clichés que se repiten, y que además vienen impulsados desde el Gobierno. Quizás sea eso lo que me haga pensar de forma contraria, y más cuando ya se ha establecido la SAREB y en un momento en el que los bancos son los propietarios de la mayor parte de las viviendas vacías en España, lo que me lleva a pensar que será la venta de todas estas viviendas las que provoquen la reactivación del sector.
¿Es la rehabilitación el futuro de la construcción?
Tal y como dice la RAE, rehabilitar es ‘habilitar de nuevo o restituir algo a su antiguo estado’, por lo que damos por hecho que tenemos que centrarnos en rehacer todo aquello que venimos haciendo mal desde hace diez o veinte años. Analicé hace poco en mi blog, Alkidia.es, la forma en que se había construido en la época del boom inmobiliario y las consecuencias que había tenido y que hoy día siguen patentes en el sector.
También se ha puesto de moda la llamada Rehabilitación Energética, donde observo que consiste en poco más que poner parches o realizar pequeñas mejoras, en lugar de dejar a estos edificios como inmuebles de ‘energía casi nula’, o lo que es lo mismo, un edificio sin prácticamente gastos de consumo. Es aquí donde viene el problema. No porque no se pueda hacer sino por el coste tan elevado que supone llevarlo a cabo.
Y es aquí donde retomo la primera idea lanzada en el post: hay que innovar, ofrecer un producto distinto capaz de lograr que la financiación llegue de nuevo al sector, ya sea nacional o extranjera. Y es que esto no deja de ser un negocio, por lo que si el producto ofrece rentabilidad, aunque su coste inicial sea elevado, el dinero llegará.
Además, sería un buen negocio para enganchar a una sociedad actualmente ahogada de pagos, que vería en una vivienda autosostenible una opción y una solución para reducir costes. Con el recibo de la luz sin parar de subir y el establecimiento por Ley de la obligatoriedad de que en 2020 todas las viviendas sean de energía casi nula, yo lanzo una pregunta ¿Porqué el mercado no se adelanta y empieza a comercializar ya el producto?
José Manuel Sánchez, Arquitecto Técnico, Alkidia.es
